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martes, 24 de agosto de 2010

Ace Bourque, (Izq.) Christian y John Rendall (der.).
En medio, de dos hombres, un león cachorro está sentado sobre un sofá, este se acerca a las cajuelas de ropa y se apoya sobre un televisor. El león crece, juega y corre por un jardín tras una pelota junto a sus dos dueños, luego, viaja en un auto dentro de una jaula y al salir corre y abraza a sus amos con sus pezuñas.
Después de doce meses, los dos hombres lo visitan y el animal los reconoce; baja de las montañas: corre, salta y los abraza, en seguida, se junta con una leona y un cachorro y entre leones se lamen el pelaje sobre una roca, mientras los antiguos dueños al verlo se van del lugar.


El video produce en mí, sentimientos de: ternura, nobleza, amor y reflexión, porque es muy conmovedora. La historia de este león y sus dos dueños, Ace Bourke y John Rendall, crean sensaciones intensas de amor al prójimo; además, la ternura de ver crecer al león y la muestra de afecto del trío me llevan de la emoción a la reflexión de la historia.



El mensaje es: todo ser humano debe saber cuidar y conservar la amistad, sea de persona a persona o con propios animales. Pues, para tal caso no hay: raza, color de piel, status social, y otros.
La historia del león Christian muestra los valores de la fidelidad y el respeto por el otro conforme a su felicidad. Así también, hombres y mujeres debemos cuidar del prójimo y/o la mascota con mucho amor y no así maltratar o matar a estos últimos; porque ellos también pueden sentir y ser cariñosos igual o más que nosotros.



NOTA INFORMATIVA


El león “Christian” reconoce y abraza a sus dueños


El día del encuentro Christian y Ace Bourke dándose un abrazo.
Un león llamado Christian reconoció y abrazó a sus dueños, Ace Bourke y John Rendall, después de un año de haber sido devuelto a su hábitat África. Cariñoso, inteligente y juguetón: son las características de este león que al ser un cachorro creció y vivió dentro de un sótano de una tienda de muebles, llamado Sophistocat, del barrio londinense de Chelsea – EE.UU.

En 1969 Christian (león) fue comprado con un peso de 18 Kg. por Bourke y Rendall, del almacén Harrods, de Londres. Este cachorro jugaba con pelota y correteaba junto a sus dueños por los jardines de la capilla del barrio; además, solía tener su lugar en la parte trasera de un Bentley para viajar e ir a comer a un restaurante llamado Casserole.

El león ya pesaba 84 Kg. y la melena le era notoria, sin duda, ambos dueños decidieron llevarlo a África, pues no podía seguir viviendo una vida urbana. Por tanto, lo trasladaron a la reserva de Kora (Kenia) a cargo del conservacionista: George Adamson.

Ambos dueños viajaban continuamente para ver los progresos del león, pero en 1974 Adamson les informó que Christian ya se valía por si mismo. Por consiguiente, Bourke y Rendall decidieron viajar por última vez, a pesar de la advertencia de Adamson de no ser reconocidos, por su león, debido al paso del tiempo y la vida en libertad.

Christian al ver a Bourke y Rendall, después de un año, bajó de las rocas: corrió, saltó y abrazó con sus grandes zarpas a ambos, trepándose sobre uno y otro, luego, Christian los dejó a ambos y subió a una roca donde estaba una leona y un cachorro y entre los tres empezaron a lamerse el pelaje. En tanto, sus antiguos dueños lo observaron y se retiraron del lugar.